
Desayunando en vuestra cafetería preferida, el guapo camarero, sirve tu café con leche y ese sandwich vegetal (para no perder la línea), te sonríe y decides que hoy es tu momento:
"Me llamo Sophia, llevo meses, 11 largos y desesperados meses, cambiando la ruta de casa (es eterna la vuelta), solo para contemplar tu rostro angelical, que atonta y entorpece mi personalidad, esperando tu señal (en mi caso una valla publicitaria que diga: "SOLO MUERDO A LOS TÍOS, ACÉRCATE")."
El camarero al instante mostraría alegría y euforia, contestando:
"Somos almas gemelas, porqué día a día calculo los minutos que quedan para verte entrar, con tu bolso Mustang, tu manicura francesa, ese tocado pin-up y esos labios rojo cereza, a lo bohemian chic.
DESPERTAD..... un tío jamás pronunciará seguido la frase anterior, requiere años de experiencia y mucha cultura general. En el caso de que pasara la historia anterior, habría que pensar dos cosas:
- ¿Por qué es camarero, con esa jerga usada en backstage de la fashion week?
- Si calcula el momento de verte, tiene preparado el café a tu gusto y sonríe a la vez, ya podrás ser la primera en decir que has presenciado un milagro de nuestro señor, y mira que soy atea eh?
Soñar es gratis, pero la verdad se paga.
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